Una experiencia que merece ser compartida:#Viral
Después de la angustiante desaparición de Ra, mi gato de raza esfinge, viví momentos de desesperación, incertidumbre… y también de aprendizaje.
Durante la búsqueda, recibí múltiples llamadas de personas que aseguraban tener información sobre su paradero. Pero pronto quedó claro que no era ayuda genuina: era extorsión.
Personas que se aprovechan del amor profundo que sentimos por nuestros animales, pidiendo dinero a cambio de supuesta información, jugando con nuestras emociones en momentos vulnerables.
Lamentablemente, esta no es la primera vez que paso por una situación similar. Por eso hoy, más allá del reencuentro con Ra, me siento con la responsabilidad de alertarles:
No den dinero. No caigan en el engaño.
Antes de confiar, verifiquen cada dato, pidan pruebas claras y coherentes.
Hay personas dispuestas a manipular el dolor de otros con tal de obtener un beneficio.
Agradezco profundamente a quienes compartieron, apoyaron y estuvieron al pendiente. Pero también hago un llamado a todos los que alguna vez enfrenten una situación similar:
Cuiden su corazón, pero también su criterio.
Nuestro amor por los animales no debe ser el arma de los malintencionados.
RA regreso
Gracias de corazón.
De una manera muy poco común, una señora —a la que nunca antes había visto— llegó a la puerta de mi casa. Tocó, me entregó a Ra y se fue.
No quiso decirme cómo lo encontró, ni dio mayores explicaciones. Solo mencionó que no quería problemas, que prefería mantenerse en el anonimato y, por favor, que no le diera dinero. Me pidió que no la mencionara y que lo único que quería era devolver al gato ya que se percató que estaba Esterilizazado.
Fue un gesto tan inesperado como conmovedor. A pesar de que le insistí, no aceptó absolutamente nada a cambio.
Solo puedo decir que, si fue de corazón, le estoy profundamente agradecido